- ¿Quieres casarte conmigo?
- En mi puta vida. - dije
En mi puta vida – dije… y aprobé.
Los vulgarismos se tienden a emplear en las situaciones de enfado o disgusto cuando el hablante intenta imponer su voluntad mediante órdenes enfatizadas (¡Cállate, coño! ¡No me toques, joder!) sobre todo cuando la idea es insultar al interlocutor: Todos ustedes son unos hijos de puta, o Tú eres un cabrón; Me pareces un cerdo (en base a la comparación del interlocutor con los animales). Ahí va, el imbécil de tu hermano (haciendo alusión a la baja capacidad intelectual del individuo).
Junto con las lamentaciones: ¡Mierda, siempre llego tarde! Se nos acabó la gasolina, me cago en Dios (empleando la muy famosa expresión de cubrir las necesidades fisiológicas), Manda cojones, otra vez me toca a mí limpiar la casa (qué mala suerte).
En las preguntas, en la posición después de pronombre o adverbio interrogativo se emplea muletillas con un fin enfático concreto: ¿Qué , cojones, haces aquí?! ¿Qué, coño, te pasa?
A fin de destacar los rasgos de fealdad de alguien: Cara de culo, o lo poco de valor que tiene un objeto: la mierda de mi carro o persona: ven acá, obrero de mierda.
Para hacer hincapié en lo lindo- lo interesante- lo divertido- etc. que nos parece una cosa/persona: La película estuvo de puta madre (el sinónimo de buenísima). Es una web cojonuda! (sumamente interesante, etc.) Este chico no tiene cojones (es cobarde).
Para expresar sorpresa:
Pero, ¿estás de coña? (Estás de broma)
A fin de comparar :
como putas en cuaresma
trabajar como un cabrón
quedar como el culo
ser culo y mierda
estar hecho una mierda
ser más antiguo (viejo) que (el) cagar
ser más viejo que el mear/ que el mear de pie
ser más feo que cagar
Para negar.
-¿Sabes cómo se llama la hija de Manuela?
-Ni puta idea (no tengo la menor idea)
O rechazar la propuesta/Pedido:
-Me prestas un billete de cien?
-Jódete! (Pues, yo creo que no es posible que te lo preste).
Aquí me hicieron reaccionar a la pregunta: ¿Quieres casarte conmigo?
En mi puta vida. Pues
Con expresiones fijas que se convirtieron casi en las estereotipadas, como:
Estoy de mala hostia (Estoy de mal humor), se pegó una hostia (se golpeó), Házlo de una puta vez (de una vez, por fin) Trabaja de noche es una putada (faena o mala acción). Estoy hasta los huevos (Estoy harto), ¡Es la coña! (Es un colmo), Es un coñazo trabajar en una oficina (Es aburrido, duro), Su casa está en el quinto coño (está muy lejos), Olé tus huevos! (Expresión de ánimo y aprobación) ¡No jodas! (No me digas) y mucho más.
Sin embargo, para los que no tan abiertamente pueden/quieren/saben utilizar las palabras vulgares tenemos una ancha paleta de eufemismos que les proponemos emplear siempre y cuando quieran. Ahí van los ejemplos con cambios:
¿Qué, rayos, te pasa?
¡Miércoles, siempre llego tarde!
¡Jolín, no me toques!
¿Qué, diablos, haces aquí?
Ostras, ¿tú aquí?
Obviamente, existen variantes regionales de algunos vulgarismos: carajo, carayo, conchatumadre, joba, chingada y diferentes frecuencias de uso en lugares distintos con preferencia de España ya que como es bien sabido los españoles suelen soltar tacos por todos lados y nadie se ofende ni nadie se sorprende (ni nadie se da cuenta, en realidad).
Así que, entre otras cuestiones, gracias a ser vulgar me gradué. A veces vale la pena :P
2 comentarios:
Ya, bien carajo, por la puta madre que parió a esos gallegos, la cagada!!!!! La hiciste de la puta madre!!!!!
Nunca entendí el porqué de que en el Perú, "la cagada" sea opuesta a "una cagada"; es de esas cosas que hago como un borrego, como decir "eso es más viejo que la prostitución".
Bueno, ya que en nuestro país es todo un hábito eso de involucrar a las madres en los problemas, un buen verbo es "conchasumadrear".
Y celebremos a la peruana, bien carajo, se los cach... duro a los catedráticos esos...
DE PUTA MADRE!!!!!!! Hecho de menos incluso a los vulgarismos de España!!! y a tí, mi amiga! besos tan grandes como la Catedral de Santiago!!! *aprendi a decirlo*
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