Toda la verdad sobre la sonrisa de camarero.
- Estar en la playa
- Jamear lo que tú estás cenando (que se muere de hambre)
- Tomar el cubata que tú estas tomando (que tiene prohibido tomar en el trabajo)
- Hacer el sexo con su novia/o
- Ir al parque de atracciones a montar una noria
- Dormir (antes que nada: dormir)
- En realidad cualquier cosa que no fuera su p*** trabajo
- Lo está observando el jefe
- Es nuevo y sin experiencia: aún no conoce que es el trabajo de camarero
- Tiene experiencia y una sonrisa permanentemente pegada a la cara
- Está cansado y no sabe ya lo que hace
- Recibió un mensaje a su cel que tenía metido en el bolsillo del pantalón y la vibración del aparato despertó en él una sensación lujuriosa
OJO: Reconozco el derecho de cliente a buen servicio (sobre todo porque él lo paga). Algunos clientes, en cambio, son maravillosos así que no siempre hay que quejarse.
Reconozco también el deber del camarero de trabajar bien (sobre todo si lo pagan, no siempre bien pero …)
Queda una palabra que me gustaría dirigir a los futuros camareros: dejen de pensar en trabajar en hostelería que es un harto agobio. Aunque, vamos, hay momentos cuando no me quiero marchar de la chamba.
graciñas
3 comentarios:
jajaja
lo único que queda decir es que "escojan bien su vocación" y traten de hacer todas las cosas con el mejor de los animos!
ojala los camareros sepan esto
bso
si no sabre yo de trabajo de mozo con la sonrisita falsa, aparentando felicidad completa con tal de que el cliente consuma. solo dure 4 meses en un trabajo asi y vivi todo lo que mencionas, pero que se hace chamba es chamba...
ahh se te extraña por mi blog, a qe se debe tu ausencia, te mire mal???? jejeje
Ayer fui a almorzar con unas amigas de la oficina y los mozos... ¿dónde rayos estaban?... llegaron apurados y tomaron nuestras ordenes al vuelo, al vuelo también las confundieron, y se demoraron haaaaarto para todo... y yo, paciente. Me acorde de tu experiencia. Fui comprensivo, pero mis amigas fueron lapidarias. Yo salté en defensa de los muchachos y de regreso a la oficina imprimí tu Post y se los dí a leer. Terminaron avergonzadas. Es más, casi les arranque una lágrimita, ja, ja.
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